28 de julio de 2010

El agua como derecho humano

Martin Khor (Especial para Cambio)

Quizás sólo el aire sea más esencial para la vida del ser humano que el agua. No podemos sobrevivir más de tres días sin agua, mientras que algunas personas han llegado a resistir dos meses sin alimentos.

Si bien la importancia de los alimentos ha sido reconocida y convertida en un derecho humano, no sucede lo mismo todavía con el acceso al agua limpia y segura. Esta omisión debe ser rectificada este miércoles por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que debatirá sobre una resolución para declarar el acceso al agua y al saneamiento básico como un derecho de todo ser humano.

Se espera que la resolución, presentada por Bolivia y secundada por 33 países, reciba un amplio respaldo. Sin embargo, algunos países desarrollados no estarían de acuerdo, por lo que podría pasar a votación.

La resolución expresa la profunda preocupación de que 884 millones de personas carezcan de acceso al agua potable y que más de 2.600 millones no cuenten con un sistema de saneamiento básico. También porque mueren al año 1,5 millones de niños menores de cinco años y se pierden 443 millones de días de clase por enfermedades vinculadas al agua y el saneamiento.

La resolución declara el derecho al agua potable limpia y segura y al saneamiento como un derecho humano esencial para el goce pleno del derecho a la vida, y recuerda el compromiso asumido por los gobernantes de todo el mundo a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad, para 2015, la cantidad de personas que no cuentan con acceso a ambos servicios, según se acordó en 2002 en el Plan de Acción de Johannesburgo.

La resolución también exhorta a los Estados y organismos internacionales a cooperar con los países en desarrollo mediante la transferencia de fondos y tecnología como forma de sumar esfuerzos para brindar agua y saneamiento seguro, limpio y accesible para todas las personas.

No sorprende que sea el embajador de Bolivia, Pablo Solón, quien encabece la iniciativa en la Asamblea General de las Naciones Unidas. El presidente Evo Morales accede al poder en 2006 en medio de una serie de protestas populares contra la decisión de su antecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, de privatizar los servicios de agua, que pasarían a manos de una empresa extranjera.

De adoptar la resolución, las Naciones Unidas estarían dando una importante señal para que los responsables políticos aborden los factores que han conducido a la crisis mundial del agua.

Se espera que la resolución presentada por Bolivia y secundada por 33 países reciba un amplio respaldo.

FUENTE: Cambio, miércoles 28 de julio de 2010.

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